¡Mari Mari Kom Pu Che!

Iñche ta Natividad Llanquileo Pilquimán pigen, mapuchegen, campesina, abogada, feminista y hoy, candidata constituyente por el Pueblo Mapuche.

Fui convocada por distintos colectivos, urbanos y rurales, que me propusieron participar en este desafío. Así, pretendemos ser una candidatura que lleve la voz de los anhelos del pueblo mapuche al primer texto constitucional escrito en democracia en Chile.

Pertenezco a una familia y a un Pueblo de esfuerzo. Igual que muchos/as mapuche, viajé a Santiago a trabajar, y al igual que la mayoría de las lagmien, comencé como trabajadora de casa particular. Unos años después ingresé a estudiar derecho y el año 2010 me tocó asumir la vocería de los presos políticos mapuche en huelga de hambre. Desde entonces he dedicado mi esfuerzo y trabajo a la defensa por la justicia, los derechos humanos y la dignidad.

La actual Constitución Política forjó un modelo económico desigual y abusivo que no sólo ha devastado nuestro territorio y nos ha obligado a emigrar en búsqueda de oportunidades, sino que ha entregado los derechos al mercado. El Estado ejerce un rol secundario a la hora de asegurar y garantizar la satisfacción de necesidades mínimas para vivir con dignidad, entregando su uso y abuso a privados, que con total libertad han lucrado con derechos fundamentales como la salud, la vivienda, la educación y las pensiones de las personas mayores.

Es por eso queremos estar en este proceso. Porque experimentamos como pueblo mapuche muchas opresiones similares a las del pueblo chileno, tenemos el deber de tejer alianzas para liberarnos de ellas. Debemos fortalecer la organización política y social mediante la construcción de un nuevo modelo, que ponga en el centro la dignidad, la justicia, la equidad, la valoración de la diversidad, la soberanía de los territorios, la naturaleza, los derechos de la niñez y la libertad.

Queremos luchar y alzar las demandas de nuestro pueblo: por el agua como un derecho humano, por el respeto a la naturaleza y a todas las formas de vida, por la defensa del territorio, por garantizar la salud, la vivienda, una pensión digna y la educación de calidad, como derechos humanos básicos para alcanzar el Kume Mogen.